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jueves, 29 de mayo de 2014

Soy una mala madre

Por esas mañanas en las que araño minutos a la cama ignorando los grititos que se oyen en la lejanía.

Por aquellos días en los que, por pereza de ponerme a triturar fruta, o por falta de previsión, le he dado un potito para merendar.

Por no acordarme de comprar su body milk.

Por no haber sabido identificar una otitis.

Por la veces en las que, presa de la desesperación, he perdido los nervios y he alzado la voz. (Medio tono, pero alzado al fín y al cabo).

Por hacer con las pautas de la alimentación complementaria lo que me sale de la peineta ;-)

Por olvidarme de llevar sus juguetes a la escapada rural de fin de semana.

Por considerar las 20:15 h, hora en la que cierra los ojos, la "hora feliz".

Por llevarlo a la guarde, estando de vacaciones, y disfrutar sin remordimientos de esos momentos de tranquilidad.

Por ponerle los dibus para tenerlo entretenido durante un rato.

Por quedarme sólo con la parte que me interesa de la "crianza con apego".

Porque no creo en las madres perfectas. 

Por todo eso y por lo que está por venir, hoy grito al mundo:

domingo, 25 de mayo de 2014

Desmontando los mitos del parto

Hoy mi retoño cumple 11 meses. O lo que es lo mismo, hace 11 meses, a estas horas, yo ya había desentramado los misterios del parto. Qué mejor día para desmontar los mitos?.

1.- Saber diferenciar las contracciones. 
Este tema se trataba en una de las clases de preparación al parto. Te llega hasta a generar dudas de si sabrás distinguirlas. Jajajajajajajajajajajajajaja.
"Como un dolor de regla pero más fuerte" jajajajajajajajajajaja.
Ay, pobre ilusa!!. Podría decir que se parecían más a los cólicos de riñón que tuve en el embarazo. (Aún no había probado los delicados tactos de la matrona ¬¬)

2.- Cuando rompes aguas es como hacerte pis a lo bestia. 
Pues servidora rompió "aguas tímidas". Tan tímidas que incluso terminé de limpiar los muebles de la cocina, me fuí al súper a hacer la compra, preparé la comida, esperé al inminente papá, me duché, preparé la bolsa del hospital... Así que, cuando llegué a urgencias y me sentaron en la silla de ruedas por riesgo de que el cordón se estrangulara a consecuencia de llevar la bolsa rota, me quedé a cuadros. Sólo me faltó deshidratar al pobre retoño O_o


3.- Una vez que te ponen la epidural no sientes la piernas (como Rambo jajajaja)
Supongo que depende de la dosis. Yo estuve de pie mucho rato, con la epidural puesta, esperando que la gravedad hiciese su parte y ayudase al retaco a bajar, que no se le veía muy por la labor de querer salir a este mundo (no le culpo). 
El lado derecho no dejé de sentirlo del todo en ningún momento. Eso sí, santa epidural = gloria bendita. Hace tiempo que debería existir una petición en change.org para que beatifiquen a su inventor.
El parto con dolor para quien lo quiera. Será bonito y salvaje, seguro que sí, pero tiene que doler cosa mala. Salvo que la cosa vaya rapidita, supongo...

4.- Cuando tienes a tu niño en brazos se te olvida todo.
Y una mierda!. Cierto es que en ese preciso momento todo tu mundo se reduce a esa cosita húmeda que te acaban de entregar. La recompensa a tu esfuerzo, que te deja embelesada y totalmente desbordada de sentimientos (y de agotamiento y de sueño).
Pero cada vez que te sientas, con tu niño en brazos para darle de mamar (muchas veces) un tirón por ahí abajo te recuerda que tienes una episotomía, frecuentemente acompañada de una incómoda hemorroide. Y en ese momento ves las estrellas, por muy embelesada que estés con tu bebé.
Y cada vez que vas al baño (con no muy buen resultado) y te ves en el espejo, despeluchada, ojerosa, y pálida, con ese camisón, que en el mejor de los casos no te deja el culo al aire, te planteas si no se te habrá ido la pinza... Para tu tranquilidad descubres que no hay rejas.


5.- La horita corta
La horita corta, aunque se trate de una horita literalmente hablando (en mi caso así lo fue), no es precisamente lo que se conoce como corta.
Una horita corta es un capítulo de Juego de Tronos, que a lo que te das cuenta te plantan las letras del final.


Que si merece la pena?. Por supuesto. Pasaría por ello una y mil veces (bueno, a lo mejor alguna menos). Se olvida?. No. Yo me acuerdo de cada detalle. Ni subidón de oxitocina que te hace entrar en una especie de éxtasis, ni leches en vinagreta.
Aunque me estoy planteando que a lo mejor soy especialmente rencorosa...

6.- La lactancia adelgaza
Dar de mamar adelgaza por la cantidad de calorías que pierdes. Si si, la teoría es perfecta. Lo que no te cuentan es que te vuelves una loca fanática del chocolate, que a falta de tu dosis diaria, entras en estado de delirium tremens. Lo que conlleva un par de kilitos extra a los que te excediste en el embarazo. (Aún me sobran 4. Aissssss. Bueno 3,5).
Deberían de prohibir la caja de bombones como uno de los regalos estrella para la recién estrenada y flamante mamá, que luego no hay forma de dejar el vicio.



Con ello y con todo, no me despido sin antes dejarles un mensaje a las futuras mamás, que espero que no hayan dejado la entrada a medias, fruto del desánimo por mis palabras:

Por supuesto, TODO ESTO Y MUCHO MÁS MERECE LA PENA a cambio de la magia de crear vida. Ese es el único mito imposible de desmontar ^_^

lunes, 19 de mayo de 2014

¡Pertenecemos al club de la copa!

A raíz del interés suscitado por la entrada en la que hablaba sobre las copas menstruales, hoy traigo una sorpresita para daros ese último empujón a las que estáis a punto de decidiros.

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¡Atrévete con la copa!

viernes, 16 de mayo de 2014

Te llevaré, siempre.

Hola, soy Mamá en Prácticas y soy adicta al porteo.

Hoy he recibido mi última adquisición. Un portabebés Tonga que he comprado pensando en sacarle el máximo partido al porteo en verano.

Coincidencia o no, ha llegado a mí este texto, con el que me he sentido muy identificada, y que necesariamente tenía que compartir.


Yo te he llevado, siempre.
Antes de que fueras concebido, llevaba una parte de ti en mi alma. 

Cuando conocí a tu padre, miré en sus ojos y vi a la otra parte de ti, y te conocí, y recé para que tu llegases a ser.

Antes de que nacieras, yo te llevé en mi vientre. 
  Cuando estabas inquieto te cantaba y te tranquilizaba y te decía cómo te amaba.

Cuando naciste, te llevé en mis brazos. Te besé y te abracé y te puse en mi pecho, para que tú pudieras saber que  hay luz y  calor y  bondad en el mundo.

Más tarde, te envolví en una tela y te llevé cerca de mi corazón. Te sostuve cerca de manera que pudieras oír que mi corazón latía como el tuyo; que éramos iguales, tú y yo, y que nunca tendrías que llorar solo.

Después de un tiempo, te llevaba en la espalda, de modo que pudieras mirar al mundo con confianza y alegría y supieras que formabas parte de él;  que pudieras compartir toda la belleza del mundo de igual a igual a todos los que viven en él.

Ahora, más tarde aún, te llevo cuando estás cansado o asustado. Así sabes que no importa lo agotado que estés, o lo que la vida tiene reservado, siempre puedes depender de otros para que te apoyen y consuelen.

Cuando crezcas, cariño mío, y tus aventuras te lleven lejos de mis brazos, sé que incluso en mi última hora, yo te llevaré. 
Te llevaré en mi corazón, porque siempre estás conmigo.

Te llevaré, siempre.



Escrito por Christine Maguire y extraído del blog Natural Mamas. Podéis leerlo en su versión original aquí.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Vacaciones y dilemas morales

Esta semana estoy de vacaciones por primera vez desde que me reincorporé a trabajar.

- ¿Vas a dejar al peque en la guarde?.
- No no, pobrecito. Con la cantidad de horas que pasa allí!. Esta semana me lo quedo yo.

Voy a recogerlo a la guarde y me dice la directora que si no voy a salir fuera, mejor lo lleve aunque sea menos horitas para que no pierda la rutina.

- ¡¿Pero cómo me voy a "deshacer" de él estando yo en casa?!
- Aunque sea un ratito, mujer, y así aprovechas para hacer tus cosas y para descansar.
- O_o Pensándolo bien, tengo muchas cosas que hacer... Aisss qué dilema.

El lunes y martes hemos estado ocupados, así que, esta mañana era la primera vez que me enfrentaba a la decisión de llevarlo o no.

A las 9:30 de la mañana nos hemos presentado allí. No sin antes discutir un buen rato con mi pepito grillo particular.



La sensación ha sido extraña...
 
Pero en el momento en que he llegado a casa, he respirado un silencio monacal de lo más placentero, he conseguido limpiar todo lo que quería, me he deleitado en la ducha, hasta he tenido un rato para dispersarme, he alucinado con lo que cunden un par de horas -más ahora que he aprendido a moverme como una moto (10 meses con un bebé son un buen entrenamiento en velocidad)-...cualquier atisbo de remordimiento de conciencia ha desaparecido. (Y aún me quedan mañana y pasado! jujujuju). Después de todo, no está tan mal esto de ser una mala madre XD.




Realmente, en un ratito vuelvo a por él, y nos queda mucho día por delante para compartir. Yo estaré tranquila porque he avanzado un montón en mis tareas domésticas y podré dedicarme a estar con el al cien por cien. El ha jugado con sus iguales, ha hecho sus ejercicios de psicomotricidad y ha recuperado parte de su rutina.
El resto del día lo dedicaremos al esparcimiento familiar, a los mimitos y al juego. Esto sí es conciliar. ^_^


domingo, 4 de mayo de 2014

La alimentación complementaria. Firmado: una mala madre.

Aunque también podría titularlo: "una novatada más de mamá en prácticas".
Todo empezó en la revisión de los 9 meses de Bebé Experto, con la enfermera de su pediatra. Yo iba expectante por saber de su crecimiento, su peso, longitud... No tengo la costumbre de pesarlo por mi cuenta y la última revisión había sido a los 6 meses, así que tenía ganicas de saber cómo iba.
Esta vez además no había vacunas. La consulta iba a ser todo alegría y alboroto. Ñaaaacccc, error!!!.

La enfermera me pregunta qué le estoy dando de cenar.
- Papilla de cereales.
- No, no, eso es poco. Tienes que meterle aporte proteínico. No has leido la hoja de alimentación?. Pone que hay que darle pescado a partir de los 7 meses.
- Si bueno, pone que introduzca pescado y que "se puede dar en la cena" por lo que lo interpreté como algo opcional. Él lo come de día. Vamos alternando distintas carnes y pescado...
- Ves?. Ha bajado su curva de crecimiento.

Y junto con su curva de crecimiento me baja a mi la moral a los pies. :-((



- Bueno, es que el pobre apenas ha levantado cabeza el último mes con los catarros y ha estado inapetente. Lleva dos días escasos cenando en condiciones. Aunque en circunstancias normales es muy buen comedor.
- No no, eso es por la proteína. Es que ya le hace falta. Los cereales son insuficientes. Y debería empezar a comer en trocitos. También puedes darle a picotear un poco de vuestra comida siempre que sea apropiada para él. Dale de cenar sopitas de sémola con pescado o huevo duro o en tortilla.
- Y el bibe?. Si le doy de eso no va a tomar leche y no va a llegar al medio litro diario.
- Bueno pues le das cena y luego bibe.



Me quedo en estado de shock O_o. Cómo va a cenar todo eso un bebé de 9 meses?. Y como puedo ser tan mala madre que no me entero de que mi bebé no recibe suficiente alimento?! :-(

Salgo de la consulta hundida y decidida a seguir las instrucciones a rajatabla.

La primera noche es un desastre. Al final, cambio sopa de pescado por papilla y ya enfadado se la toma de mala gana y a medias.
La segunda noche repetimos enfado y media papilla.
La tercera noche decido que prefiero que cene papilla. No sin antes rayarme hasta lo infinito por no saber seguir las pautas de la enfermera y cargar con mi conciencia de mala madre.
Tras muchas vueltas llego a la típica conclusión de madre. Lo importante es que cene, sea lo que sea. Y si quiere papilla, pues papilla, que se la toma encantado. Mejor eso que nada.
Cuando vea al niño preparado ya me le meteré pescado, sopa y lo que sea. No creo que con 20 años siga cenando papillas de cereales.



Y estaba en lo cierto. Hoy en día, con 10 meses, cena sopas, verduras, con proteinas y con lo que le pongan. Y después, a media noche, se mete una buena papilla entre pecho y espalda. Come trozos de lo que le den, a sus horas y fuera de ellas. Es capaz de perseguirnos gateando por medio salón para que compartamos con él el yogur, plátano, sandwich, o lo que sea que nos estemos llevando a la boca. Nos obliga a escondernos si queremos merendar tranquilos sin que nos acose o nos increpe! XD
Y todo el proceso ha sido con naturalidad, sin forzar ninguna situación, de manera espontánea y alimentando su propia curiosidad.

Moraleja: Primera y última vez que la enfermera me hace sentir una mala madre. A partir de ahora me pienso pasar por la peineta lo que digan ella y la curva de crecimiento. Porque ella tiene la teoría, pero yo conozco el día a día de mi hijo. Porque sé que crece sano, feliz, con rosquillitas y con vitalidad (quienes lo conocen dan fe de que va muy sobrado de ella).
Me declaro anárquica de las pautas de alimentación complementaria. Porque no creo que tenga que estar marcada por un calendario según sus meses de vida sino por su propio ritmo. Y porque la alimentación complementaria en el primer año es, como su propio nombre indica, complementaria. He dicho.





* 06/05/2014 Actualizo la entrada. Casualmente me he encontrado con un reportaje de Eva Hache relacionado con el tema, y que creo que vale la pena postear: ¡A comer!