La entrada de hoy va sobre prejuicios estúpidos y sin fundamento. Y
es que antes de estar inmersa en el mundillo de la maternidad, reconozco
que tenía ciertos prejuicios hacia esa "comunidad hippie de mamás"
defensoras a ultranza de la crianza natural, también conocida como crianza con apego.
Porteo, lactancia
prologanda, colecho, BLW, no cereales, no vacunas, pañales de tela, no
retiradas de pañal anticipadas, sistema educativo alternativo...
Me
descubro a mí misma mirando a una mamá que portea en un fular a su bebé
cercano a los doce meses de edad, o a la que amamanta a su bebé bien
grandecito, mientras en mi interior pienso que son unas naturistas
extremas o que tanta teta es puro vicio.
Me pregunto de dónde
me habré sacado yo esos prejuicios. Mis padres no me han educado así,
desde luego. ¿Habrá sido esta sociedad la que me lo ha inculcado, poco a
poco, sin que yo haya sido consciente de ello?. Y por otro lado, ¿a mí
qué me importa lo que hagan las demás?. Siempre he defendido el lema de
"vive y deja vivir".
Hoy es el día en que soy madre de un
bebé de casi nueve meses y no veo el momento de dejar la lactancia.
Antes porque era un momento mágico en que se aferraba a mi, se relajaba,
se acurrucaba y se sentía en el lugar más seguro del mundo. Ahora
porque es de los pocos momentos mío de verdad. ¡A pesar de que no para
quieto ni mamando!.
Porteo por el puro placer de sentir a esa bolita de felicidad pegadita a mí, aunque también tiro de carro cuando me conviene.
No
he puesto en práctica la BLW, pero no lo descarto totalmente. De hecho
alguna vez le voy dando alguna cosilla para que guarree, experimente y
se entretenga. El entretenimiento sobre todo es cuestión de
supervivencia para mí. Marca la diferencia entre recoger la cocina o
dejarla patas arriba.
No practico colecho, pero me encanta
meterlo a mi cama los fines de semana por la mañana y hacernos los
remolones. Aunque últimamente se dedica a maltratarme. Patadas,
arañazos, tirones de pelo...¡Si es que hay amores que matan!.
No
uso pañales de tela, pero le limpio el culete con manzanilla, con
aceites y con productos naturales. ¡Hasta me he montado mi propio kit de
toallitas ecológicas!.
No
estoy dispuesta a una retirada anticipada de pañal. Será cuando su esfínter esté preparado. No por el
simple hecho de que toca hacerlo porque hay que escolarizarlo.
Me gustaría darle una
educación alternativa, sin fichas, sin estándares. Que pudiera ir a su
ritmo, conviviendo con la naturaleza, aprediendo principios básicos,
jugando sin obligaciones de tener que hacer los deberes...bonita utopía.
Hoy, desde mi posición de madre, echo la vista atrás. A cuando
me atreví a cuestionar la forma de crianza de aquellas mamás, y me veo reflejada en ellas.
Porque
en la maternidad no hay prejuicios, no hay guiones escritos. Es el
instinto natural el que prevalece y la mayoría de las veces es cuestión
de supervivencia.
Cómo nos cambia la visión de la vida el ser madre!! :)
ResponderEliminarEs muy bonito lo que has escrito, Maier.
bss
Gracias guapi ^^
EliminarSí que cambia sí. Es el eterno tópico, pero es tan cierto!!
Muack