Not seeing a Scroll to Top Button? Go to our FAQ page for more info.

jueves, 10 de abril de 2014

Un paso más hacia su independencia

Hoy mi pequeña bolita cumple exactamente nueve meses y medio.

Desde hace unos pocos días vengo observando que saca casi medio cuerpo del carrito para poder verlo todo. Y eso que va atado con su arnés. El caso es que lo llevo mirando hacia mí, por aquello de evitar una sobreestimulación y fomentar la interactuación entre nosotros, aunque quizá haya llegado el momento de ponerlo de frente al mundo, muy a mi pesar.

Y digo muy a mi pesar porque cada cambio de estos lo siento como una desvinculación entre nosotros. Un paso más hacia su independencia. Sé que es ley de vida y motivo de alegría por otra parte, pero no puedo evitar sentir nostalgia por ese bebito que ayer mismo era un recién nacido y que a pesar de que he exprimido cada minuto al máximo, siento que el tiempo se me ha escapado demasiado deprisa.

Primero fue el cambio del capazo a la silla. Nunca veía el momento apropiado. Que si hace frío, que si el niño va a gusto así, que si las instrucciones dicen que mejor en el capazo hasta los seis meses. Pero el principal motivo era que no quería quedarme sin mi bebé. Sabía que ese pequeño cambio iba a marcar la diferencia entre mi bolita recién nacida y un bebé más "personita".
Hasta que llegó el día en que clavó los codos e intentaba incorporarse para ver más cosas. Ya no pude hacer nada para evitar la mudanza. Me la estaba pidiendo a gritos.

Inmediatamente después llegó la alimentación complementaria y mi reincorporación al trabajo. No era necesario que yo estuviese siempre disponible para él. Su papá podía ocuparse de darle alguna de las comidas. El sentimiento de desvinculación iba haciéndose más fuerte.

Cumplió seis meses y comenzó a ir a la guardería. Afortunadamente no fue una experiencia traumática, aunque desarrolló un apego monumental y se convertió en mi pegatina particular. No había forma de separarlo de mi. Cada vez que volvía del trabajo se ponía loco de alegría y cada vez que pasaba por delante suyo y no lo cogía le entraba un berrinche de los gordos. Me seguía necesitando y yo a él.

Hoy ha vuelto a cruzar la línea de una nueva etapa. Mientras estaba dándole vueltas en mi cabeza al tema de la posición del carrito -no sé si intentando autoconvencerme o buscando excusas para retrasar el cambio- de pronto he visto que empieza a asomar su segundo diente, he observado que los pantalones le quedan tobilleros. Me he dado cuenta de que es capaz de entretenerse con sus juguetes durante algún rato y no reclama mis brazos constantemente.
Y según observaba y procesaba todos esos cambios, ha empezado a gatear!!!. Y a qué velocidad!!!!. Ha pasado directamente del modo "arrastre de francotirador camuflado" a un gateo perfecto!!.
Demasiados indicios juntos como para seguir mirando a otro lado. Toca aceptar la realidad. Él está marcando su ritmo y yo tengo que respetarlo.

Así que me he dado un buen baño de videos y fotos y he decidido que este fin de semana sin falta le montamos el corralito que recibimos ayer, y al que le dedicaré una entrada independiente en el blog. También guardaremos definitivamente el maxi-cosi, prepararé una nueva retirada de ropa y daré la vuelta a la silla, que mi bolita ya está preparada para comerse el mundo ^_^

Me quedo con la boca abierta observando sus avances y se me cae la baba cada vez que gatea hacia mi o me da manotazos cariñosos. Adoro a mi bebé en su nueva etapa, tan activo, tan inquieto, con tantas ganas de explorar.

Pero una parte de mi añora esos momentos en los que llegué a sentirme agobiada de no poder hacer nada más que llevar a mi pegatina en brazos. Añoro aquel bebé de movimientos pausados, de mirada perdida, de ojos color azul grisáceo.








 

11 comentarios:

  1. Maier, se nos hacen mayores muy rapido. Yo tambien echo de menos a mi bebe, pero tambien estoy deseando que sea un poco independiente

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón pero cuando no tienes claro si vas a tener otro hijo intentas aferrarte al máximo ;-)

      Eliminar
  2. Yo recuerdo a una mama q me dijo en su dia q nuestros hijos no nos pertenecen,
    De hecho mi hijo con 7 años ya pide su independencia y hay q respestarla.
    Se escapa el tiempo de nuestras manos,lo importante es q sepan con seguridad q estamos ahi,para lo q necesiten

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa es la sensación Gely, que no nos pertenecen. Y cuesta asumirlo, pero ha de ser así.
      De hecho había pensado hacerme un tatuaje con respecto a esa pertenencia pero lo acabo de descartar.

      Eliminar
  3. Acabó de leer tu Publicación y me siento muy identificada contigo, mi bebé tiene 9 meses y medio y parece que de 1 día para otro me quitan mi bebé y me dan otro más grande, ayer mismo discutía con mi marido lo de darle la vuelta al carrito y el no entiende cuando le digo que no, pero es exactamente por lo que dices, porque queremos que sigan siendo pequeños.. Es mi primer hijo y Dios mío es lo más grande, pasan los meses y parece que el momento del parto y d verle la carita después de 9 meses está super lejano..no trabaJo ahora mismo y paso todos los días con el, las 24 horas y aún me asombro de lo rapidísimo que se me ha pasado el tiempo. Me ha encantado lo que has escrito!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras Mari Carmen ^_^ Me alegra que te haya gustado.

      Eliminar
  4. QUE EMOCIÓN!!! :D
    Como te entiendo, a mi me pasó exactamente lo mismo, con el cambio de silla de paseo y del coche.
    Pero tú que porteas ¿porque no te lo pones a la espalda? Va mirando el mundo a la misma altura que tú, interactua mejor en el día a día y si se siente sobre estimulado se resguarda en tu hombro y todo cerquita de ti y tú de él ^_^ yo gracias al porteo no tuve esa sensación de perdida de bebé (ni de recobrar mi gravedad, seguía teniendo mi "barriga" jajajaja)
    A mi nunca me gustó llevarle en el carro de cara al mundo, iba solito, era como salir a pasear cada uno por su cuenta, además no podía ir explicándole cosas (mira un coche blanco, mira ahí hay 3 palomas...), acababa siempre en el fular y empujando el carro vacío jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Precisamente venimos de dar una vuelta por el barrio con el mei tai. Es increíble lo que disfruta. Ahora que hace buen tiempo es la mejor opción pero con el frío me da pereza. Manías personales, pero es que los abrigos hacen que me sienta atrapada. Mi no uta XD

      Eliminar
    2. ¿Sí? A mi me encanta en invierno, tan juntitos, calentitos... ^_^
      Nosotros usábamos abrigo de porteo, mucho mejor que con el mei por fuera. Sino me pasaba como a ti, esa sensación como de inmovilidad.

      Eliminar
  5. Ainsss como crecen!! La verdad que da mucha pena.. pero es maravilloso lo que va llegando. Con mi primera hija dejé un comentario una vez en fb diciendo: Que pena que crezcan! Que sean siempre bebés! Y una amiga me dijo: Verás que maravilloso es verlos crecer y si ahora te emocionan sus cambios y sonrisas... te queda lo mejor. Sus primeros besos espontáneos y sus primeros "mami te quiero"... y es cierto!!!!!!! No hay nada más bonito que eso! Ya lo verás... Te deshaces!. María.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si ahora me deshago cuando viene gateando hacia mí o cuando me echa los brazos al cuello, cuando me diga "mami te quiero", creo que me da a dar un colapso emocional ^_^
      Gracias por los ánimos, María.

      Eliminar