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jueves, 3 de julio de 2014

En tiempo y forma

Llega un momento en que el mayor reto del día consiste en llegar a la oficina en tiempo y forma. Y donde digo oficina podría decir, boda, reunión familiar, consulta con el pediatra o cualquier otro evento o sarao que requiera estar a una hora concreta.

Una vez que Bebé Experto ha desayunado, está cambiado, vestido, peinado y perfumado, que se dice pronto, me dispongo a salir de casa, con la hora pegada al culo y "con la cara lavada y recién peiná" como decía la canción, porque lo de pretender maquillarme es lo más parecido a ciencia-ficción. 


Doy caza al pequeño Hulk, que gatea por toda la casa poniéndose las rodillas y las manos más negras que Kunta Kinte, con la intención de sentarlo en la silla de paseo.
 
Lo que a priori parece algo de lo más sencillo puede llegar a convertirse en la más complicada de las tareas. Sobre todo si el pequeño bebé se ha vuelto un experto en "hacerse el muerto" y deja caer todo su peso a plomo.

Después de unos minutos sudando tinta china, cuando por fin he conseguido domar a la fiera, me llega un ligero aroma inconfundible (a Varón Dandee como dice el abuelo de la criatura), señal inequivoca de que el nene se ha hecho popó.
Eso es regularidad intestinal. Me río yo de los All-Bran ¬¬



Vuelta al cambiador, placaje por aquí, protesta por allá.
Admito que en alguna ocasión, presa de las prisas y la desesperación, se me ha pasado ligeramente por la cabeza la idea de que lo cambien en la guarde, pero se conoce que en el fondo no soy tan mala madre...

Y a continuación me enfrento nuevamente a la sencilla tarea de sentarlo en la silla de paseo. Ahí es nada.
He pensado en utilizar el portabebés y evitarme estos trances, pero teniendo en cuenta que como elementos fijos tengo que llevar mi bolso, su mochila, el estuche con mi comida, y un bebé curioso que quiere tocar todo lo que le rodea, puede que no sea tan buena idea, a menos que me saque el título de malabarista de circo.
Estaré atenta a la próxima convocatoria de cursos del INEM.



Cuando por fin conseguimos bajar al garaje, no sin antes buscar desesperadamente el chupete por toda la casa (no sé por qué extraña razón misteriosamente nunca está donde tiene que estar), hay que seguir un ritual, a menos que esté dispuesta a que la situación empeore, que no es el caso.

Primero vemos pasar un coche o dos, después toca ponerse de pie en la silla de retención, seguido de un intento frustado de gatear por los asientos traseros del coche (o no tan frustrado) y cuando ya ha satisfecho su curiosidad y consigo que se siente y se quede "quietecito" (ejem) mientras le abrocho el arnés, le basta una milésima de segundo para pegarme un tirón del collar que, ilusa de mí, me pongo cada día para ir un poco más mona y que cada día acaba en el fondo del bolso para evitar males mayores.

El viaje es de lo más ameno. Risas, pedorretas, canturreos y tatatatatatás variados. Angelico!. Tan mono él.... Tanto que hasta casi consigue que baje la guardia. Casi.



En el preciso instante en que apago el motor, volvemos a empezar. Primero la protesta "sácame de aquí y sácame ya", lo que conlleva tal presión que el 95% de las veces acabo manchando mi impoluto atuendo con las ruedas de la silla por querer sacarla rápido del maletero. 
Luego se repite el momento "me hago el muerto porque no me da la gana de sentarme en esa silla. Y mientras me atas el arnés te engancho de los pelos".

Resumiendo. Llego a la guardería por los pelos, nunca mejor dicho. Cruzo la puerta de la oficina in-extremis, con expresión de loca de manicomio perfectamente caracterizada por mi peinado-despeinado, mi ropa de aquellas maneras, sin collar y con aspecto de haber sobrevivido a la estampida de una manada de elefantes.
 

Lo curioso del caso es que durante el resto de la jornada laboral lo echo de menos...


14 comentarios:

  1. Ja ja j ja ja ja ay como me reído, se me han saltado las lagrimas de tanta risa... si es que son unos trastos en toda regla! Pero que aburrida seria ya nuestras vidas sin ellos ja ja ja

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    1. jajjajajaaj si, es mejor tomárselo a risas jajajajaja. Ainsssssss

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  2. Eres genial!!me he reído un montón... Sobre todo porque me iba imaginando todo lo.q ibas diciendo para meterme más aun en el personaje..jeje!!
    La verdad q leyéndote pienso q por un lado tengo suerte de q mi bichin sea tranquila sino seguramente habría vuelto al trabajo...

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  3. A todo esto añadiría esa sensación de agotamiento extremo de no dormir una noche seguida en meses, con esa cara que se nos queda y ese humor de perros... Jeje! :-S

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    1. Por suerte esas noches me tocan en contadas ocasiones, pero tienes razón, cuanto tocan son la guinda del pastel!.

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  4. Ayyyy q risa x Dios!!!!! Y q grafico todo! Os imagino claramente n la escena. Son terremotos, x la mañana tienen una energia inusitada! De nuevo.... Bravo x l blog!

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  5. GENIAL!!!!!! Como me je reido, jajajaja, os veia a ti y al pequeño Hulk en cada situacion qur estaba leyendo :-):-):-) estos niños nos agotan, Jorge es igual yo me tiro todo el.dia de pelea con el, la que nos espera cuando empiecen a andar=-O=-O

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  6. Poniéndotelo a la espalda doy fe que se puede llevar todo eso y más :P
    Otra opción es llevarle en el tonga, que seguro que en brazos protesta menos, y el carro con las cosillas. Al menos te ahorras unos minutos de agobio jejeje
    ANIMO!!!

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    1. La segunda opción la he puesto en práctica alguna vez, pero más a la vuelta que a la ida y la sensación es de chatarrera total jajajajajajajaja. Pero si, ahorra algo de agobio ;-)

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  7. Que ha dado sus primeros pasos??!! ole ese Julen! y ve preparando la parte II de este post jajaja

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    1. Siiiii jajajaja. De momento sólo se lanza en contadas ocasiones y muy poquitos pasos, pero ya me empieza a dar miedito :S

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