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domingo, 27 de julio de 2014

El destete también es gratificante

No se puede negar que la lactancia es algo gratificante, que aporta muchos beneficios tanto al bebé como a la mami, que afianza los vínculos afectivos y es una sensación única, pero acabo de descubrir que el destete también es gratificante!.

Tras casi trece meses de lactancia, Bebé Experto, de pronto una mañana ante mi asombro decide que no quiere más teta. Con los buenos momentos que le ha dado!. Y la deja plantada, así, sin más, sin despedidas ceremoniosas ni muestras de sentimientos de ningún tipo. Él que se ponía loco de contento cuando llegaba el momento de mamar. Que me levantaba la camiseta cuando jugaba a taparme y esconderle su desayuno!.

Pienso que se trata de algo puntual, que por lo que sea está desganado. Así que lo vuelvo a intentar al día siguiente y al siguiente y otro día más y el último por si acaso...
Bebé Experto mira la teta con expresión de haber olvidado para qué sirve. Y él debe de ver el mismo asombro en mis ojos. Qué ha ocurrido?.

Siempre había oído hablar del destete como algo traumático, pero he comprobado que, al menos en mi caso, se trata de otro de tantos mitos existentes en torno a la lactancia.

Comencé quitándole alguna toma a los casi seis meses y medio, cuando empezó a ir a la guardería, porque no me quedó más remedio. Poco a poco él se fue quitando alguna otra y últimamente sólo mamaba para desayunar. Hasta que ha decidido que ya no quiere más.

La sensación es extraña. Admito que me ha pillado con el paso cambiado, que no me lo esperaba. Pero no he tenido ese sentimiento de inmensa pena que dicen tener otras mamás. Siendo objetiva, es lo que mejor que podía pasar. Para él no ha supuesto ningún trauma, y yo tengo la producción totalmente regulada y no he notado ninguna molestia.

Ahora me está costando adaptarme a mi nueva situación. No es que sea ninguna alcohólica o adicta a las pastillas, pero de pronto se ha abierto un mundo ante mí. Puedo tomarme unas copichuelas, puedo medicarme sin problemas... Y qué más cosas podré hacer de las que aún no recuerdo?.
Tras casi dos años de "restricciones" me siento rara en esta nueva etapa, pero creo que no me costará acostumbrarme. Chin, chin!!!

Gin Tonic Premium de elaboración casera, que te mueres de rico!!!

sábado, 26 de julio de 2014

Portabebés ligeros

Cuando tras mi entrada de "Preparando el kit de verano para piscina y playa", Un Cajón Cualquiera me recomendó que me hiciera con un Tonga, reconozco que al principio rechacé la idea, pensando que mis visitas a la playa, por desgracia, son escasas y que por tanto apenas le iba a sacar rendimiento.

Más adelante empezó a tentarme, sobre todo cuando me veía en esos momentos en los que colocarme el mei tai para un ratito de nada de sube y baja no merecía la pena, y si encima le añadía el calor extra propio de la temporada, me daba bastante pereza. Pero sí que echaba en falta algún tipo de apoyo.

Finalmente decidí comprarlo, y no sabéis cuánto me alegro de haber tomado esa decisión.

Para las que no lo conozcais, el Tonga es un portabebés ligero de fabricación francesa. Es como una especie de redecilla de algodón que se apoya en un sólo hombro, a modo de bandolera.
Permite llevar al bebé en momentos puntuales o distancias cortas. Es muy versátil. Se puede utilizar como hamaca para amamantar a bebés chiquitines. Además se puede mojar, por lo que es un buen aliado para la playa y piscina.
Apenas ocupa espacio, pesa tan sólo 80 gramos y resulta muy práctico en múltiples ocasiones.
Apto hasta que el bebé alcance los 15 kilos (tres años aproximadamente).







Es importante que el bebé tenga buen tono muscular y un tanto desarrollado el reflejo de sujeción, aunque siempre podremos sujetarle la espalda con nuestro brazo.

Cuando son más mayorcitos y están acostumbrados a ser porteados también existe la posibilidad de llevarlos a la espalda, en un perfecta sincronía de movimientos con su porteador/a.


En cuanto a los modelos, a día de hoy hay dos tipos de Tonga. El regulable y el fijo. El regulable tiene una especie de anilla que permite ir acortando la red para adaptarla a la altura del porteador/a. El fijo, como bien dice la palabra es de tamaño único.

Recientemente la marca ha comercializado la bandolera de anillas, en el mismo material de redecilla de algodón, con el nombre 2Zano, pero a un precio superior que el modelo clásico.


Por otro lado, hay más tipos de portabebés ligeros similares al Tonga, como el SUPPORi, de fabricación japonesa y disponible en varias tallas en función de la altura del porteador/a.
La principal diferencia es que la redecilla es más cerrada, y el apoyo para el hombro del porteador/a es más ancho que en el caso del Tonga. Al igual que el tonga, es apto desde que el bebé se mantiene sentado y hasta la edad de 3 años aproximadamente (15 kilos).


El kantan net, también diseñado en Japón, y disponible en dos medidas. Las celdas de la redecilla son de un tamaño intermedio y el apoyo en el hombro del porteador/a, al igual que en el caso anterior, es más ancho que en el Tonga. Disponible en dos tallas, en función de la altura del porteador/a. Aunque lleva una anilla, no es regulable.



También existen alternativas a la bandolera, como es el caso del fular Fil' Up de fabricación francesa, pensado para bebés desde el nacimiento hasta los 15 kilos (3 años aproximadamente), elaborado igualmente en tejido de redecilla de algodón.




La mochila ergonómica Boba Air. Un portabebés muy novedoso. Ligero, impermeable y fresco, fácil de guardar y de limpiar. Sólo pesa 330 gramos.
Realizado en material de Nylon 100%, que permite llevar al bebé/niño delante o a la espalda. Incluye capucha para cuando el niño duerme y un amplio bolsillo con cremallera.
Apto de 7 a 20 kgs (desde los 4 meses hasta los 4 años aproximadamente).



Y por último el fular Baby Agua Bag, apto de 3 a 13 kgs, elaborado en polyester y fabricado en España.


Todos ellos cuestan entre 40 y 50 € a excepción del 2Zano de Tonga y del Fil'up que rondan los 80 € aproximadamente y están pensados para momentos puntuales y distancias cortas.

Y una vez hecho el repaso de todos los portabebés ligeros disponibles en el mercado sólo me queda desearos feliz porteo, feliz verano y... al agua patos!!! :-)


sábado, 19 de julio de 2014

Mamá se va de compras

Por desgracia llevo encima dos casi tres kilos extra, que se han encariñado conmigo después de tanto tiempo juntos en los que les he ofrecido tantos cuidados, y han decidido no abandonarme.
Así que, aunque mucha de la ropa por suerte me queda bien, tengo que hacer alguna nueva adquisición para reponer las prendas que me quedan demasiado justas y qué mejor momento que ahora que están las rebajas!!.

Las funciones de mamá y sobre todo las de mamá trabajadora, no dejan demasiado tiempo libre -por no decir ninguno- para poder ir de compras.

Si a eso le sumamos que Bebé Experto se pone a gritar a los cinco minutos de pisar una tienda (no me digáis que no es una desgracia ¬¬), la única alternativa viable es San Internet, aprovechando los ratitos en los que se echa la siesta.

Cuento con la ventaja de tener unas medidas bastante standard, así que rara vez tengo problemas de tallaje. No obstante, tampoco quiero arriesgar demasiado, que no están los tiempos para tirar el dinero. Por lo que el 95% de las veces me decanto por tiendas que ofrecen devolución gratuita.

Mis últimas adquisiones, siguiendo un poco las tendencias:

Look coral, con falda maxi de gasa, camiseta "soy mala madre" y collar corto de tela.




Look más formal para la oficina y para esas noches de verano, compuesto por pantalón pitillo con diseño geométrico y top básico negro, que combinaré también con la falda maxi coral para darle un aire más sobrio y así sacarle mayor partido.



Y enredando, enredando.... ha caido un caprichito, que nada tiene que ver con ropa... Un portadocumentos de viaje con un diseño vintage de lo más chulo, para el viaje a Lanzarote, que ya no queda nada!!!!. Y para todos los que vengan detrás (espero que sean muchos!)

 
 ¿Qué tal os apañais vosotras para las compras?. ¿También tiráis de Internet?.

lunes, 14 de julio de 2014

Sesión de esteticista

Venga, va!. Confesadme el secreto. Seguro que tenéis alguna técnica infalible que compartir con el mundo, o por lo pronto conmigo...  ¿Cómo hacéis para cortarles las uñas a los peques?.

INDICACIONES de las clases de preparación al parto:

1. No se recomienda cortarlas durante el primer mes de vida del bebé (bien!).
2. Aprovechar mientras duerme para tan meticulosa labor.
3. Dar forma redondeada a las uñas de las manos y forma recta a las de los pies.
4. Utilizar tijeras de punta roma.

PUESTA EN PRACTICA Y CONCLUSIONES:

1. No puede ser complicado.

2. ¿Seguro que las manoplas son para los primeros días?. ¿No serán para los primeros meses?. Porque o yo soy especialmente torpe o eso no hay por donde cogerlo.
Menos mal que al principio las uñas son tan finitas que prácticamente se caen solas...

3. ¿Cómo hago para darle forma a algo que mide medio centímetro y que no para de moverse?. Y lo cortárselas mientras duerme....ja!. A ver quién es la valiente que se la juega a que se despierte y pida jarana, tras haberse echado el primer sueñecito.
Porque, aunque parezca dormido, realmente no deja de estar al acecho. Basta que te arrimes a la cuna con intención de hacerle algo para que abra dos ojos como los de un búho. OO



4. Tengo que buscar su momento de mayor debilidad, es decir, mientras está en la teta. Y que Papá en Prácticas se las vaya cortando a traición.

Pero en la medida que Bebé Experto va creciendo ya no hay momentos de debilidad que valgan. La escena es la siguiente:
Bebé Experto está sentado en la trona, Mamá en Prácticas le da de comer/cenar/merendar y Papá en Prácticas aprovecha para la sesión de estética, mientras Mamá en Prácticas le hace monerías entre cuchara y cuchara a modo de maniobra de distracción.

La susodicha sesión la mayoría de las veces se alarga a varias comidas, o incluso no llega a completarse.

Y por si fuera poco, hay que cortárselas todas las semanas. Que para cuando hemos terminado con las diez uñas al completo, casi tenemos que volver a empezar por la primera. No sin antes pasar inventario, para comprobar que no ha habido amputación y que los diez dedos siguen íntegros.



RESULTADO:

No sería la primera vez que se ha ido a la guardería con las uñas de una mano al ras y las de la otra mano con una longitud ideal para hacerle la manicura francesa.

O con todas las uñas cortadas excepto la del dedo meñique de una mano, que harto de que le corten nueve, no se deja cortar la décima.

Y esa única e insignificante uña es suficiente para arañarse la oreja, la frente y el ojo. Que cuando lo ves dudas si ha estado en la guardería o en compañía Freddy Krueger. Y mientras te recompones es cuando la "seño" te dice muy diplomática ella: "Ese arañazo del ojo se lo ha hecho él solito. He visto que tenía un piquito y se lo he cortado".

¡Vaya!. Así que a ella le dejas, ¿eh?. ¬¬ . ¡Traidor! Al menos no te ha dado por arañar a ningún otro bebé...que con las obras de arte que eres capaz de hacer, me veo contratando un seguro de responsabilidad civil.

Después de darle alguna que otra vuelta... CONCLUSIÓN FINAL Y SOLUCIÓN DEFINITIVA:

Si existen las peluquerías de mascotas en las que además de atusarles el pelo les cortan y liman las uñitas, ¿que pasa con los bebés?. ¡Esos grandes olvidados de la manicura, con demanda semanal!.



Apuesto por una peluquería con servicio de estética para bebés y que además incluya un parque de bolas para que Bebé Experto esté entretenido mientras Mamá en Prácticas se hace las mechas y se arregla el color sin que tenga que pedirle a Papá en Prácticas un servicio de emergencia de recogida de bebés.

No sé a vosotras,  pero a mí me parece una idea estupenda con mucho tirón.

¿Alguien se anima?



jueves, 3 de julio de 2014

En tiempo y forma

Llega un momento en que el mayor reto del día consiste en llegar a la oficina en tiempo y forma. Y donde digo oficina podría decir, boda, reunión familiar, consulta con el pediatra o cualquier otro evento o sarao que requiera estar a una hora concreta.

Una vez que Bebé Experto ha desayunado, está cambiado, vestido, peinado y perfumado, que se dice pronto, me dispongo a salir de casa, con la hora pegada al culo y "con la cara lavada y recién peiná" como decía la canción, porque lo de pretender maquillarme es lo más parecido a ciencia-ficción. 


Doy caza al pequeño Hulk, que gatea por toda la casa poniéndose las rodillas y las manos más negras que Kunta Kinte, con la intención de sentarlo en la silla de paseo.
 
Lo que a priori parece algo de lo más sencillo puede llegar a convertirse en la más complicada de las tareas. Sobre todo si el pequeño bebé se ha vuelto un experto en "hacerse el muerto" y deja caer todo su peso a plomo.

Después de unos minutos sudando tinta china, cuando por fin he conseguido domar a la fiera, me llega un ligero aroma inconfundible (a Varón Dandee como dice el abuelo de la criatura), señal inequivoca de que el nene se ha hecho popó.
Eso es regularidad intestinal. Me río yo de los All-Bran ¬¬



Vuelta al cambiador, placaje por aquí, protesta por allá.
Admito que en alguna ocasión, presa de las prisas y la desesperación, se me ha pasado ligeramente por la cabeza la idea de que lo cambien en la guarde, pero se conoce que en el fondo no soy tan mala madre...

Y a continuación me enfrento nuevamente a la sencilla tarea de sentarlo en la silla de paseo. Ahí es nada.
He pensado en utilizar el portabebés y evitarme estos trances, pero teniendo en cuenta que como elementos fijos tengo que llevar mi bolso, su mochila, el estuche con mi comida, y un bebé curioso que quiere tocar todo lo que le rodea, puede que no sea tan buena idea, a menos que me saque el título de malabarista de circo.
Estaré atenta a la próxima convocatoria de cursos del INEM.



Cuando por fin conseguimos bajar al garaje, no sin antes buscar desesperadamente el chupete por toda la casa (no sé por qué extraña razón misteriosamente nunca está donde tiene que estar), hay que seguir un ritual, a menos que esté dispuesta a que la situación empeore, que no es el caso.

Primero vemos pasar un coche o dos, después toca ponerse de pie en la silla de retención, seguido de un intento frustado de gatear por los asientos traseros del coche (o no tan frustrado) y cuando ya ha satisfecho su curiosidad y consigo que se siente y se quede "quietecito" (ejem) mientras le abrocho el arnés, le basta una milésima de segundo para pegarme un tirón del collar que, ilusa de mí, me pongo cada día para ir un poco más mona y que cada día acaba en el fondo del bolso para evitar males mayores.

El viaje es de lo más ameno. Risas, pedorretas, canturreos y tatatatatatás variados. Angelico!. Tan mono él.... Tanto que hasta casi consigue que baje la guardia. Casi.



En el preciso instante en que apago el motor, volvemos a empezar. Primero la protesta "sácame de aquí y sácame ya", lo que conlleva tal presión que el 95% de las veces acabo manchando mi impoluto atuendo con las ruedas de la silla por querer sacarla rápido del maletero. 
Luego se repite el momento "me hago el muerto porque no me da la gana de sentarme en esa silla. Y mientras me atas el arnés te engancho de los pelos".

Resumiendo. Llego a la guardería por los pelos, nunca mejor dicho. Cruzo la puerta de la oficina in-extremis, con expresión de loca de manicomio perfectamente caracterizada por mi peinado-despeinado, mi ropa de aquellas maneras, sin collar y con aspecto de haber sobrevivido a la estampida de una manada de elefantes.
 

Lo curioso del caso es que durante el resto de la jornada laboral lo echo de menos...


martes, 1 de julio de 2014

Cenas socorridas y saludables para bebés

Cuando tienes un bebé de doce meses con escasos cuatro dientes, llega un momento en que se te acaban las ideas a la hora de prepararle la cena sin acabar repitiendo el omnipresente puré de verduras.

En una conversación de mamis surgida a raíz de la sopa vegetal, me he comprometido a currarme un menú semanal de cenas. Y dicho y hecho. Allá va!!!.

1. Empezamos por la susodicha y poco conocida sopa vegetal.

Consiste en una mezcla de sémola de trigo, sémola de arroz y verduras deshidratadas (zanahoria, tomate, puerro, cebolla, apio, chirivía, coliflor). Queda muy sabrosa y se prepara en 8 minutos. Se le puede añadir un huevo o un poco de pollo o pavo y queda una cena de lo más completa.
De venta en herboristerías, en tamaño 250 gr o 500 gr. El paquete más grande sale por poco más de 3 euros.




2. Hamburguesa de pollo y espinacas.

Yo la compro en la carnicería de mi barrio, de elaboración propia, pero tengo entendido que también las venden en algunos supermercados (Caprabo, Mercadona...). Es muy blandita y fácil de digerir. En un sólo plato tenemos la carne y la verdura.


3. Crema de calabacín, de calabaza o vichyssoise.

Son platos muy socorridos, que se pueden tomar fresquitos ahora en verano y calientes en invierno. Podemos acompañarlos de queso para completar el menú e incluso de picatostes de pan reblandecido.



4. Risotto de pescado.

A tener en cuenta que se trata de un plato infantil, por lo que prescindiremos (o al menos no abusaremos) de mantequilla y/o nata. Para conseguir la cremosidad es suficiente con remover mucho el arroz para que suelte toda la fécula y no quedarnos escasas de caldo.



5. Guisantes con jamón york o jamón serrano, según preferencias de tan exigente comensal :-)



6. Sopa de tomate natural o salmorejo casero que podemos acompañar con una tortilla o huevo duro picadito.



7. Sopa de fideos, o sémola de trigo, o de tapioca, o de maravilla.

La de tapioca en concreto me encantaaaaaaaa y se prepara en cinco minutos de nada. Es sana, natural y de sabor muy suave y delicioso.
La ventaja de la sopa es que hay mucha variedad. Lo que nos permite alternar para que no sea siempre la misma.
Lo acompañaremos, por ejemplo, de un trocito de pescado. Yo muchas veces aprovecho y lo hiervo en la propia sopa para que le aporte saborcito.


Y voilá!. Ya están las siete cenas de la semana y mi promesa cumplida. Ahora sólo falta ponerle el babero y... BON APPETIT!!! :-)