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domingo, 25 de enero de 2015

Mamá también cose: cojín de semillas.

Tras el buen resultado de la primera manualidad "convierte una mochila de publicidad en una mochila molona para la guarde", servidora se ha venido arriba y se ha lanzado a por más manualidades.

Esta vez le ha tocado el turno a los cojines de semillas o cojines terapeúticos.

Se trata de unos cojines confeccionados en telas de algodón y rellenos de semillas naturales a los que también se les añade hierbas aromáticas y/o aceites esenciales, para que al calentarlo desprendan olor. Con tan sólo calentarlo 3 minutos en el microondas, tienen múltiples utilidades:

- Dolores musculares, cervicalgias...
- Dolores menstruales
- Mastitis
- Artritis, cólicos...


Además de otras funciones tan sencillas como la de calentarnos los pies en la cama o calentar la cuna de nuestro bebé antes de acostarlo.
Una advertencia a tener en cuenta es la de no calentarlo más de 5 minutos puesto que podría quemarse. Es mejor ir probando a intervalos más cortos. 

También sirve para su uso en frío, introduciéndolo en el congelador durante media hora, para aplicaciones en caso de torceduras, esguinces, fiebre, pies cansados, migrañas y otro tipo de dolencias similares.
En este caso, es aconsejable introducirlo dentro de un plástico previamente para evitar que se mojen las semillas de su interior.

Su elaboración es muy sencilla y no es necesaria la máquina de coser. Aunque si se tiene, aún resulta más sencilla, si cabe.

En mi caso particular, pretendo darle un doble uso, el terapéutico y el de calentarme los pies. Por lo que me interesaba hacerlo con funda para poder lavarlo.

Se me ocurrió utilizar fundas de cojines convencionales, que ya llevan la cremallera puesta. Un gran avance para torpes como yo.

 Material que he utilizado:

  •  Una funda de cojín 40x40 de loneta, para que aguante bien el peso de las semillas. 1,80 € en bazar chino.
  •  Un kilo de semillas de trigo sarraceno 0,80 € (son válidos los huesos de cereza, maíz, arroz, lentejas, soja, lino...).
  •  Aguja, hilo y tijeras
  • Una bolsa de romero y varios sobres de infusión que tenía por casa y que habían caducado (contienen tila, melisa, azahar, hierbabuena, naranja...)

 
Lo primero que he hecho ha sido cortar la funda del cojín por la mitad, paralelo a la cremallera. De tal forma que una de las mitades, la que no lleva cremallera, la utilizo para el relleno y la otra, la de la cremallera, a modo de funda.



Es importante que el cosido sea resistente y prietito, para que no se escapen las semillas por los huecos. Una puntada adecuada es la conocida como pespunte o incluso mejor la del punto atrás. Dejo aquí un tutorial donde muestran ambas puntadas.

Damos la vuelta a la tela para que la costura quede por el revés y comenzamos con la puntada. Recorremos todo el lateral hasta que nos queden aproximadamente 8-10 cms, puesto que necesitaremos el hueco para volver a poner la tela del derecho, así como para introducir el relleno.


Una vez tengamos la tela del derecho, vamos a coser también, mediante el mismo tipo de puntada, una costura a mitad de la tela de extremo a extremo, dejando libres unos 5-6 cms a cada lado. Este cosido es para que actúe a modo de separación y no recaiga todo el peso de las semillas sobre uno u otro lado del cojín, provocando un posible desgarro de las costuras o incluso la incomodidad de tener huecos vacíos a la hora de utilizarlo.

Ahora ya sólo nos queda rellenarlo. Es aconsejable tostar las semillas antes de introducirlas al cojín, para evitar la formación de bichos, debido a la condensación del vapor que se desprende cuando lo calentamos en el microondas. Si vamos a utilizar hierbas aromáticas frescas, es conveniente seguir el mismo procedimiento.

Una buena y rápida opción es la de utilizar el grill superior del horno, con las semillas bien extendidas en la bandeja. Habrá que removerlas de vez en cuando para que no se tueste únicamente la capa superior.



Mientras se tuestan podemos aprovechar para coser la parte que va a ser la funda (sin perder las semillas de vista, no se nos vayan a quemar!). Una vez más, damos la vuelta a la tela para coser del revés, con la misma puntada de vuelta atrás. Importante que dejemos la cremallera abierta, para que una vez hayamos terminado de coser, podamos poner la tela del derecho.

Con las semillas tostadas, empezamos a rellenar el cojín, para lo que utilizaremos un cono a modo de embudo, realizado con cualquier papel o cartón. Es el momento de añadirle lo que nos apetezca. Corteza seca de cítricos, aceites esenciales, el contenido de los sobres de infusión (menta, manzanilla,...), canela molida, nuez moscada, pimienta...etc etc, en función de los aromas que nos gusten.
Hay que rellenarlo de forma que quede mullida, pero no prieta. La cantidad buena son unos dos tercios. Para las medidas de tela que he utilizado yo, un kilo de trigo ha sido suficiente.
En cuanto a la mezcla, va más o menos a ojo, pero podría decirse que unas dos partes de trigo por una de hierbas y/o especias. Aunque al final, con el uso, el aroma poco a poco acaba desapareciendo :-/

Cuando hayamos terminado de rellenarlo, remataremos la costura con la conocida como puntada invisible, tal y como se muestra en este tutorial.

Y ya está el cojín terminado y listo para usar. A muy bajo coste y muy fácil de hacer. Realmente lo más complicado de todo ha sido localizar dónde comprar las semillas!.

Llevo varias noches encantada, durmiendo con los pies bien calentitos. Da gustito tener ese calorcillo tan agradable ^_^






domingo, 18 de enero de 2015

La solución al destape. El saco pingüino.

Por alguna extraña razón no hay manera de conseguir que los enanos duerman tapados.

Mi querido Bebé E. lo dejó muy claro desde que nació. Todavía no me explico cómo un pequeño ser de apenas tres días de vida era capaz de detectar una fina sábana a pesar de estar profundamente dormido y quitársela de inmediato.

Durante este tiempo los sacos de dormir han sido mis grandes aliados. Los he tenido en versión verano y en versión invierno.( Las que sois de Zaragoza ya sabéis que aquí la primavera y el otoño brillan por su ausencia :B)


 El problema se me presentó cuando Bebé E. comenzó a andar.

Iba dando pasitos cuna a través, cual la más delicada de las geishas. A riesgo de dejarse contra los barrotes sus recientes dientes.

Tras pensar en posibles opciones y probar alguna que otra alternativa, un buen día, enredando por Facebook, descubrí el saco pingüino. Y aprovechando que los reyes magos tenían pendiente una visita, lo incluimos en la carta de regalos destinada a la abuela.

He de decir que no son precisamente económicos, pero merecen mucho la pena. Al menos a mí me ha parecido un invento de lo más práctico y la solución definitiva al problema del destape.



Además de diversos puntos de venta físicos, también tienen tienda on-line. Hay diversidad de modelos disponibles, tanto para niño, como para niña o incluso unisex.
Las tallas van desde 1 hasta los 6 años y disponen de dos tipos de grosores. Uno para ambientes con temperaturas de 16º a 20º y el otro de 21º a 23º.

También venden complementos como camisetas térmicas y patucos. Incluso pack completos, que salen un poco mejor de precio que comprando los artículos por separado, y que además ahora mismo están de rebajas.

www.penguinbag.com

No sólo se ha solucionado el tema del destape o de la posible rotura de dientes, si no que además he observado que tiene mayor libertad de movimientos que con los sacos convencionales, puesto que tienen mayor anchura, sobre todo de cintura para abajo.
Lo que le permite ponerse en su postura preferida de "culo en pompa" (o pato a la naranja como yo le digo) con mayor facilidad.
O incluso me lo encuentro muy a menudo con las piernas en posición buda. Cosa que hasta ahora se le veía algo más limitado.


En resumidas cuentas, que estoy encantada con la compra/regalo y que cuando se le quede pequeño éste muy probablemente le compraré la siguiente talla.

Y por si fuera poco todo lo anterior, con unas antenas que he visto en un bazar chino, tengo un disfraz de abeja maya para llevarlo a la guarde los próximos carnavales de lo más apañado :-)






sábado, 10 de enero de 2015

El juego laberinto

Tras un largo tiempo pensando en los juguetes candidatos a incluir en la misiva a sus majetades los Reyes Magos de Oriente, resulta que el juguete estrella ha sido el más inesperado (qué raro, verdad?) y comprado por casualidad.

Bebé E. se está haciendo mayor. En la guarde ya le han retirado la trona y se sienta en la silla de "mayores" para comer y para las manualidades tan chulas que van haciendo.


En casa va trepando a todas las sillas que encuentra a su paso, así que ha llegado el momento de redecorar su dormitorio e incluir una mesita con sus correspondientes sillas. Ese iba a ser nuestro regalo de reyes. Con complementos incluidos: pinturas, libreta, gomets...etc etc.


Con el asunto decidido y en medio de la vorágine de las fiestas navideñas, Papá E.P., Bebé E y servidora nos fuimos un día, "de excursión" a IKEA.
Allí descubrimos, entre otras cosas, que efectivamente le encanta sentarse en las mini sillas :-). También descubrimos, con cierta desilusión, que apenas quedaban modelos en stock, así que nos tocaba volvernos a casa de manos vacías y sin margen de maniobra.
Nos quedaba el consuelo de saber que la carta estaba repleta de regalos de tíos, abuelos y hasta del amiguito invisible...Por otro lado, Bebé E. a sus 18 meses aún es ajeno a lo que acontece con SS.MM. los Reyes Magos.

Según salíamos de la sección infantil, y una vez aparcada la grúa de madera que había estado arrastrando durante su paseo por las instalaciones, Bebé E. puso especial atención a una pila de juguetes que había expuestos en una de las estanterías. Él tenía muy claro que quería aquello y con aquello nos vinimos a casa.

Era vispera de reyes y ante tanta ilusión no pudimos evitar dárselo sin más demora.
Nunca he visto a Bebé E. tan concentrado con un juguete, demostrándonos su dominio (debía de haberle metido horas ya en la guarde jeje), jugando una y otra vez, sin que pudiéramos hacer nada para acostarlo.

La novedad, pensé, pero me equivocaba. Han pasado varios días, y sigue jugando durante largos ratos. Le encanta, le entretiene, aplaude cada logro y busca nuestro aplauso. Y por si fuera poco, ayuda al desarrollo de su motricidad fina.

Durante un tiempo llegué a pensar que jamás encontraría un juguete que fuera capar de mantener a Bebé E entretenido más de cinco minutos. Hasta entonces sólo lo habían conseguido los bloques de construcción y el circuito de coches de Litlle People, pero durante breves espacios de tiempo.
Su mayor afición seguía siendo la de tirar cosas y chasquearlas unas con otras para ver cómo suenan e ir de un lado a otro explorando su mundo. Pero al fin lo hemos conseguido!!

La solución, una vez más, era tan sencilla!. Y tan barata!. Se trata de MULA, el juego laberinto de madera, como os decía, de venta en IKEA por tan solo 9,99€.


Moraleja: Si no sabes qué comprarle a un niño, llévatelo a la sección infantil de cualquier establecimiento. Es un personal shopper infalible ^_^